viernes, 15 de julio de 2022

Oldsmobile Toronado Brougham Coupe 5.7 V8 Diesel (1979)

La tercera generación del Oldsmobile Toronado consiguió un cierto éxito comercial con una producción de más de 300.000 unidades. Fue desarrollado sobre la plataforma E de GM en común con el Cadillac Eldorado y el Buick Riviera. En comparación con la serie anterior, el Toronado era más corto  y más ligero. El Toronado fue ofrecido en una sola gama denominada Brougham. Su motor era un V8 de 5.7 litros o con un recargo, un diésel V8.


Los Toronado eran gran turismos deportivos producidos por General Motors bajo su firma Oldsmobile entre los años 1966 y 1992. Diseñados para competir con el Ford Thunderbird y el propio Buick Riviera de GM, el Toronado es históricamente el primer automóvil de tracción delantera estadounidense desde la desaparición del Cord en 1937.



En el Oldsmobile Toronado de 1980, la parrilla del radiador se modificó mediante la introducción de barras transversales cromadas. El motor básico era un V8 de 5 litros. En el año 1981 se puso a disposición un V6 de 4.1 litros. En el 84 se introdujo un paquete de lujo, por un costo adicional,  incluyendo novedades como un techo vinílico con el tipo de cromo Landau, asientos de cuero y un tablero electrónico. Ya para 1985 el motor V6 ya no estaba disponible.


El Oldsmobile Toronado Brougham Coupe 5.7 V8 Diesel versión 1979 posee una carrocería de diseño clásico, tipo coupé con dos puertas y tres volúmenes. Cuenta con unas dimensiones bastante respetables con una longitud de 5.220 mm, anchura máxima 2.030 mm, altura 1.380 mm y distancia entre ejes (batalla) 2.890 mm. La dirección es asistida por recirculación de bolas. Los frenos delanteros discos ventilados, frenos traseros tambores. El peso en orden de marcha es de 1.771 kg.


En el aspecto mecánico, las características son las siguientes:

Motor

V8 diesel longitudinal

Alimentación

diesel injection pump

Refrigeración

Agua, con bomba

Cilindrada

5.736 cm3

Diámetro x Carrera

103,10 x 85,90 mm

Relación de Compresión

22,50 : 1

Potencia máxima

125 bhp - 93 kW a 3.600 rpm

Par máximo

304.0 Nm

Cambio

Automatico 3 velocidades

Tracción

delantera

Velocidad Máxima

155 km/h

Los coches americanos de esa época equipaban buenos equipos de música con radio-Cassete:



 

LOS PROBLEMAS DEL MOTOR V8 DIESEL:

La introducción del Oldmobile Toronado Diesel tenía la intención de ofrecer una alternativa americana de bajo consumo a los enormes V8 de gasolina. La motivación surgió a finales de los años 70, con la crisis del petróleo que triplicó el precio del petróleo. Entonces la gente comenzó a valorar el bajo consumo de combustible de un coche como un factor de compra importante. En Detroit se pusieron nerviosos, y en 1978 lanzaron su solución al problema.

El motor diésel que Oldsmobile lanzó en 1978 fue denominado LF9, y era un 5.7 V8 atmosférico que fue desarrollado a partir del 5.7 V8 de gasolina (llamado Oldsmobile Rocket 350) común a la mayor parte sus vehículos. Oldsmobile era una de las marcas más rentables de GM, y tenía mucha autonomía de trabajo. El problema es que sus ingenieros no eran expertos en el desarrollo de motores diésel. Aunque usaron un bloque reforzado basado en el bloque del gasolina, emplearon su misma tornillería. Un fallo de diseño grave en un motor cuya relación de compresión era muy superior.

Oldsmobile lanzó su motor diésel 5.7 V8 en 1978, con prestaciones inferiores a las de un seis cilindros de acceso de la época: apenas desarrollaba 125 CV y 300 Nm de par motor, insuficientes para mover moles de dos toneladas de peso. Eran tan pobres que de hecho, se anunciaban tiempos de aceleración de 0 a 50 mph (en vez del habitual 0 a 60 mph) y centraban su literatura en consumos. Aunque sus prestaciones eran realmente anémicas, sus consumos reales eran tan bajos como los anunciados.

Una fortísima campaña de marketing a nivel nacional trataba de convencer a todos los indecisos de que los motores diésel eran la salvación del sedán americano. Las familias no querían renunciar a un sedán "de los de toda la vida". Si podían tener un consumo razonable, evitarían meterse en un coche japonés, entonces denostado por su tamaño y origen. Y adquirieron estos vehículos en masa: en 1978, del casi millón de coches fabricados por Oldsmobile, unos 33.841 fueron equipados con motor diésel.

Los problemas de fiabilidad de estos motores diesel tuvieron su origen en la tornillería,  que era idéntica a la del motor de gasolina. Ello provocaba fallos de culata, que exigían la reconstrucción prematura del motor. Los mecánicos acostumbrados a motores de gasolina no solían reemplazar la tornillería defectuosa, por lo que el segundo fallo del motor solía ser el definitivo. Otro de los males endémicos del motor fue la ausencia de un separador para el agua que el combustible diésel puede contener. Una pieza barata que se incorpora en cualquier diesel actual, pero que a Oldsmobile en aquel momento les pareció prescindible. En resumen, dos errores muy graves fácilmente solucionables, consecuencia de una deficiente planificación de ingeniería, que dieron como consecuencia miles y miles de motores con averías graves, a los dos o tres años de haber sido adquiridos, incluso antes.

Los problemas de estos motores fueron solucionados posteriormente pero su reputación ya estaba completamente hundida. Los precios de segunda mano de los GM con motor diésel se situaron a niveles irrisorios.

Los que podían reemplazaban los motores diesel por los Rocket 350 de gasolina, que al menos eran más fiables aunque gastasen medias de casi 16 litros/100km. La reputación de Oldsmobile quedó completamente destrozada, y se dice que motivó la desaparición de la marca, cuyas ventas fueron languideciendo sin remedio hasta el año 2002, cuando General Motors desconectó su soporte vital. También fue un duro golpe a la confianza de los consumidores en los motores diésel, cuando se les empezaba a dar una oportunidad a nivel generalista. 

 

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