La Operación Impala, consistió en someter al nuevo modelo de Montesa Impala 175cc a una prueba de larga duración por el continente Africano, fue llevada a cabo en el año 1962 y se recorrieron más de 20.000 km por todo tipo de terrenos, confirmando de esta manera la bondad del diseño de la Montesa Impala. Publicado en la revista Grand Prix.
La novedad que aportaba el motor del modelo Impala
radicaba en que se trataba de la primera Montesa con un motor monobloc (motor y
la caja de cambios formaban un conjunto), además, la transmisión primaria era
de engranajes, en lugar de la clásica cadena y el sistema de embrague multidisco
se activaba con palanca. Desde entonces aquella moto constituyó la base mecánica
de todas las Montesa.
La Operación Impala arrancó en Ciudad del Cabo
(Sudáfrica), donde aterrizó aquel grupo de intrépidos que alucinó con el apartheid
y se tropezó casi por sorpresa con las famosas pirámides a su paso por Egipto.
El viaje lo hicieron a lomos de tres prototipos de aquella nueva Montesa
todavía sin comercializar y un Land Rover como asistencia. “De aquellas tres
motos no había dos iguales. Cada una llevaba un sistema de embrague diferente y
el depósito era redondo, no el que la haría famosa”, cuenta Garriga. “Cuando
dejamos Sudáfrica, dejaron de haber caminos, solo había barro”, recuerda
Maristany. El itinerario, de sur a norte, les llevó por Zimbabue, Zambia y
Etiopía. Pasado el Ecuador se encontraron con el primer gran problema: Sudán
estaba en guerra. Hubo que replanificar la ruta, pero siguieron adelante,
cruzaron Egipto, llegaron a Alejandría y acabaron en Túnez. “Su aventura generó
mucha más expectación de la que hubieran imaginado”.
Se fabricaron unas 60.000 unidades de todos los
modelos de Impala, pues hubo versiones deportivas, de montaña o de cross. Hoy es un producto de culto.
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